El papa Francisco ha dicho en diferentes ocasiones
que «el discernimiento en el Señor me guía en mi
modo de gobernar». Este modo de proceder le
viene al Papa de sus raíces espirituales
ignacianas. «Como gota de agua sobre la
esponja» y no como gota que cae sobre la piedra
es una expresión de los Ejercicios Espirituales de
san Ignacio. Es el efecto del buen espíritu sobre el
«alma». Francisco es, verdaderamente, un
maestro de discernimiento. Su enseñanza sobre
este particular consiste en que, para discernir
bien, hay que salir de sí, exponerse e involucrarse
en la lucha espiritual. Hay que salir de las propias
ideas a las periferias donde la Carne herida de
Cristo nos conmueve las entrañas y, entonces sí,
se dan las mociones afectivas reales en las que se
puede discernir lo que el espíritu dice a la Iglesia.