La ciencia contemporánea ha dejado de lado a Dios y al alma. En el mejor de los casos, se considera que lo espiritual pertenece a un ámbito sobrenatural, ajeno a lo científico; en el peor, que lo espiritual contradice a la ciencia. ¿Pero es esto realmente así?
Este libro no trata de demostrar la existencia de Dios o del alma: ni desde la filosofía ni desde la ciencia. Por el contrario, trata de explicar por qué la narrativa científica moderna ha cerrado la puerta a lo inmaterial y cómo, paradójicamente, los propios avances científicos actuales pueden volver a abrirla.
El autor traza un modelo para explicar cómo actúa el espíritu en el mundo, pero también por qué emergen novedades en la naturaleza o qué significado tiene la existencia del mal. Una propuesta audaz, con un estilo a la vez riguroso y divulgativo, que desafía los patrones establecidos y ofrece nuevas perspectivas para la conexión entre ciencia y fe.