Esta obra, que reeditamos cincuenta años después de su publicación,
fue la última que Merton elaboró justo antes de su famoso «Diario de
Asia» de 1968, que terminó con su muerte accidental en ese mismo año.
Sin embargo, en medio de todo el entusiasmo y los elogios que siguieron
a su muerte, el significado de esta pequeña joya tal vez se comprendió
menos de lo que merecía.
El resultado final lleva, de principio a fin, las marcas de la asimilación tan
particular y personal de Merton de las tradiciones monásticas cristianas,
tanto orientales como occidentales. Las reflexiones sobre algunas figuras
clave en la tradición monástica se combinan con alusiones a todo lo
que Merton había aprendido en el pasado y seguía aprendiendo de la
filosofía existencialista moderna, de la teoría psicoanalítica y de diversas
tradiciones de la meditación budista.
Los párrafos finales de este libro se encuentran entre los más proféticos
jamás redactados por Merton: representan su última llamada a la «caridad
pura», al auténtico «vacío» de la disposición contemplativa, y emerge
en ellos una profunda y nueva madurez espiritual.
Merton admite que «los auténticos contemplativos serán siempre escasos
». Pero añade que la Iglesia debe mostrarse siempre «predominantemente
contemplativa» en toda su enseñanza, en su actividad y en su
oración. Este libro destila toda la sabiduría que Merton fue encontrando
a lo largo de los años en la tradición monástica y la contemplación, una
interpretación que sigue siendo tan reciente y desafiante ahora como en
el momento en que se formuló por primera vez.