Universidad de Berkeley (California), otoño de 1980. En la cima de su carrera y después de años de negativas, Julio Cortázar acepta dar una serie de charlas sobre cuentos y novelas en que los alumnos puedan participar con toda libertad. Las sesiones, improvisadas a partir de una idea general, tratan gran diversidad de temas relacionados con la literatura de Cortázar. El consagrado escritor se plante este curso como un diálogo que tenía que demoler las metodologías académicas convencionales.