En todas las declaraciones eclesiales se pondera la importancia y urgencia de la formación de los catequistas. Por otra parte, la realidad efectiva queda muy lejos de corresponder a los deseos declarados; no parece estar a la altura del desafío de la situación. Se puede decir que la formación pastoral sigue siendo una asignatura pendiente y una auténtica emergencia pastoral. El autor nos traza las líneas fundamentales de la formación de catequistas.