Carlos III llega a Madrid a ocupar el trono de España con
ideas ilustradas y modernizadoras. La ciudad del «agua
va», sin aceras y falta de luz, se transforma: las calles se
pavimentan y se crean normas de higiene y seguridad.
El famoso arquitecto Francesco Sabatini levanta edificios
emblemáticos, como la Puerta de Alcalá, y finaliza el Palacio
Real. El Salón del Prado se llena de fuentes, entre ellas,
la de Cibeles.
A esta ciudad de cambios asoman dos parejas, la de los
granadinos Lorenzo de Elvira y Gil López y la de las burgalesas
Dorita y la marquesa de Valdivielso. El destino
los llevará a enredar sus vidas, complicadas por el amor,
mientras son testigos de los cambios que experimenta la
España ilustrada aún heredera de la picaresca y del engaño.
En este Madrid nada será lo que parece. Marquesas
que se enamoran de criados, hijos con dos padres, amantes
que huyen por las ventanas
todo es posible en esta
novela, incluso presenciar el Motín de Esquilache.