A lo largo de este recorrido por Irlanda -que empieza tras las huellas de Joyce durante el Bloomsday de 2004, y que continúa hasta 2012, entre cánticos, revoluciones y poemas de Yeats-, Javier Reverte traza, con su habitual maestría narrativa, con su tierno humor y su mirada cálida, el retrato del ayer y el ahora de este pueblo que no tiene dibujadas ni águilas ni leones en sus escudos y banderas, sino sencillamente una lira gaélica.