En los años veinte y treinta del siglo XX todo parece acelerarse en España. Se trata tan solo de una alucinación ùque frenará en seco en 1936ù, pero dentro del espejismo todo es magia: la electricidad, la fotografía, la música, la noche. Hay una eclosión de revistas, music-halls, cabarets: los nuevos ritmos venidos de América ùel fox-trot, el charleston, el swing, el blues, el claqué y el jazzù se mezclan con la milonga, la copla, el flamenco y las canciones sicalípticas. El desnudo y el transformismo suben a escena entre reproches morales de la derecha y acusaciones de superficialidad por parte de la izquierda. Es también época de máscaras y simulaciones. Y de terremotos sociales feministas y obreristas que ansían resquebrajar el viejo régimen.
Cabaret Iberia viaja por todos los satélites que orbitan la galaxia del espectáculo y la vida nocturna entre 1920 y 1936. Por sus páginas desfilan escritores, porteros de clubes, periodistas, músicos, cocottes, tanguistas, vedettes, figurinistas, directores, cómicos, artistas flamencas, empresarios visionarios, acróbatas, payasos, directores de cin