Marina acaba de separar se del hombre de su vida. Intentar superarlo en Madrid no es fácil, así que decide abandonar la ciudad y retirarse a un hotel rural en Tenerife. En la isla establece una relación especial con los dueños de la finca donde se hospeda, y son ellos quienes le muestran una calavera humana que apareció junto a otros restos guanches. Animada por su profesión de periodista, y sin tener ninguna otra cosa que hacer, Marina decide investigar quién fue la propietaria de ese cráneo.