Un niño presencia el asesinato a sangre fría de su padre en los primeros días de la guerra. Setenta años después reconoce de forma fortuita en una calle de León a uno de los que participó en aquel desmán. Audaz e implacable con los lugares comunes que existen aún sobre la guerra civil, el relato avanza sin tregua en busca de una verdad que paradójicamente desquicia a buena parte de los personajes, pero no a sus principales protagonistas.