Este libro es la síntesis apretada de veinticinco años viviendo con natural sencillez el valor de la hospitalidad y la fuerza sanadora de la solidaridad y la justicia: los favorecidos se convierten en favorecedores, y los virus benéficos del cariño sin fronteras y la lucha por la vida digna se propagan y generan tupidas redes sociales y mallas de participación y transformación política. Por eso son páginas repletas de compasión y de indignación, de ética del cuidado y de exigencia de justicia. No se trata de virtudes simplemente individuales, sino también colectivas. Bueno es recordarlo en tiempos de crisis, en que tan ayunos andamos de virtudes públicas.