¿Estamos a las puertas del Apocalipsis? Muchos signos políticos, económicos y sociales, podrían hacernos pensar que el peor de los tiempos está a punto de llegar. Una paleta de horrores que no son sino una pequeña gama dentro de una inmensa variedad de colores y tonalidades que ilustran una realidad bastante alejada del desastre total. Y es que «apocalipsis» significa más bien revelación (o reflexión) sobre la historia en momentos difíciles.
Esa reflexión se despliega en una serie de páginas que meditan sobre el ser humano como pregunta (¿pasión inútil o pasión esperanzada?), sobre la sociedad como problema (¿son compatibles capitalismo y democracia?) y sobre la Iglesia, necesitada, como siempre, de reforma (no solo en sus estructuras, sino en su mismo lenguaje).