Al menos sé que sé algo es una encendida y bien razonada defensa de que la perspectiva de la teoría de la argumentación es imprescindible para abordar el problema del conocimiento, y también de que, desde esa perspectiva, y aun a pesar de ruidos, errores e interferencias de la más variada índole, es posible justificar la acertabilidad de nuestro conocimiento, el que es propio de individuos de carne y hueso.