El libro ofrece una meditación sobre el sentido y el valor que supone desempeñar una tarea al servicio del pueblo de Dios y cómo entender la autoridad en la Iglesia. La obra, cuyos destinatarios preferentes son los clérigos, va también dirigida a quienes realizan alguna tarea y desempeñan un cargo en la comunidad cristiana (catequistas, agentes de pastoral...), y quiere ser también una humilde contribución a la reflexión eclesial sobre la sinodalidad.