Desde antiguo, todos los Pueblos y
culturas han deseado conocer a Dios. Lo
intuían en las maravillas de la Creación:
el mar, la tierra, el cielo, las galaxias...
Pero Dios no se conformó con dejar pistas
de su existencia. Salió al encuentro del
hombre, a través de los acontecimientos
humanos, y de su mismo lenguaje, para
que los hombres pudieran encontrarse
con Él. En la Biblia está escrita la
Revelación de Dios a los hombres, la
historia más grande jamás contada: La
Historia de la Salvación, que culmina con
el mayor contecimiento de la humanidad:
el hijo de Dios que se hace hombre.