GARCÍA PAREDES, JOSÉ CRISTO REY
Estamos en la sociedad del cambio, de la
reorganización permanente. La vida consagrada
no es ajena a esta misma tendencia y movimiento.
También a ella le ha tocado el momento de
reorganizarse. Y ha abordado el tema con
discernimiento, sabiduría y generosidad, a pesar
de las normales resistencias al cambio. Con todo,
hay otra reorganización necesaria que va más
allá de la meramente institucional. En verdad,
ésta es la importante. Es la reorganización de la
comunidad bajo el liderazgo del Espíritu.
Cuando hablamos de una comunidad bajo el
liderazgo del Espíritu nos referimos a una doble
cuestión: por un lado, al Espíritu como gran
protagonista de la comunidad y, por otro, a los
miembros de la comunicad como colaboradores
de ese liderazgo del Espíritu, cada cual según su
propio don y ministerio.